sábado, 24 de noviembre de 2007

2007-11-19 - Sobre nuestro atraso evolutivo

Cuando la ciencia y la sociedad van por caminos diferentes, la primera debe imponerse para la supervivencia de los individuos que la conforman. ¿Qué mejor ejemplo de una sociedad descarriada que la actual? Las religiones, drogas, vicios y placeres mundanos nos han llevado lejos de nuestro mundo perfecto. El principal defecto de nuestra comunidad es la búsqueda de igualdad de los sectores minoritarios, mestizos, contaminados y enfermos que ha llevado a nuestros recatados habitantes a compartir sus privilegios con aquellos no aptos.

Al mezclarnos cada día con estos sangre sucia hemos incrementado exponencialmente nuestros defectos, tales como enfermedades congénitas y la disminución del coeficiente intelectual, que afectan enormemente el desempeño de ciertos individuos dentro del engranaje que mueve la humanidad. Al retirar estos individuos y adecuar los restantes, daremos un paso al frente de la evolución, tal como lo plantea Aldous Huxley en Un mundo feliz, donde cada casta es seleccionada y educada según las necesidades del Estado. La ciencia se encarga de seleccionar y de crear aquellos individuos que hacen falta en las distintas áreas y durante su crecimiento son adiestrados no sólo para satisfacer las necesidades laborales, sino además para aceptarse tal como son, sin dejar en ellos esa sensación de vacío que la religión o el crecimiento excesivo de aquellos que nos rodean pueden dejar en nuestra alma.

Sin embargo, para que nosotros podamos alcanzar tal nivel evolutivo es necesario abandonar en primer lugar la religión, donde Marx acertaba al decir que “la religión es el opio de los pueblos”; dejar a un lado el sentimentalismo al ver a un anciano o un desvalido, el anciano ya ha pagado su tributo a la vida y al llegar a la edad en que no es más útil a la sociedad debe ser capaz de retirarse antes de dañar lo que hizo con su esfuerzo, mientras que el desvalido no ha podido ayudar a aquellos que lo rodeaban, simplemente ha traído tristezas, por lo que ambos deben ser apartados; la política debe ser dejada de lado, permitiendo que sólo un organismo se encargue de las decisiones en pro de la comunidad y que los ciudadanos se dediquen a disfrutar de estas libertades y de cumplir sus obligaciones; y, finalmente, que la ley sea dictada en base a la ciencia, la cual se fundamenta en la optimización de los procesos y el descubrimiento de nuevas vías de mejoramiento.

La ciencia tiene en su seno todos los mecanismos para permitirnos avanzar al próximo escalón evolutivo sin tener que preocuparnos por la moral y ética de las acciones; ya no sería necesario el uso de células madre para intentar curar el cáncer u otras enfermedades, simplemente podríamos crear un nuevo yo libre de estos defectos, hasta que nos acostumbremos a la idea de que nuestros hijos sean tocados por una mano bendita antes de nacer, para librarlos de estos males; no tendremos que estar pendientes de la contaminación ni de la extinción de especies animales ni vegetales; la inteligencia puede ser mejorada hasta copiar los estándares de nuestros grandes pensadores y científicos, incluso, pudiendo superarlos con creces; y como principal beneficio, la creación estará en manos humanas sin depender de entes superiores que rijan nuestros destinos.

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