Justicia[1]
(Del lat. iustitĭa).
Pero más allá de las actitudes y nuestros deseos frenéticos de hallar un culpable (bien sea alguien o algo de poder superior al nuestro) de todo lo que ocurre en el mundo que nos rodea, es necesario tomarse un minuto para pensar con frialdad sobre el acto que estamos observando, en particular la muerte de Josefina de Kassabji afecta seriamente nuestra posición de espectadores, y ver el otro lado de la moneda. Revisando la documentación legal derivada del caso[2], [3] se observa que, desde el lugar de los médicos, el único error que los galenos cometieron fue el de desestimar la preocupación de la familia de la paciente, ya que se concluyó que la anestesia como tal no fue la causante de la muerte de Josefina, si no que la mielitis (producto de la lesión en la columna de la anestesia peridural aplicada) degeneró en meningitis bacterial, ocasionando el deceso. Conociendo este último hecho, no sólo considero justa la demanda realizada por la familia Kassabji a los médicos, si no que necesaria la remoción de su licencia por negligentes (más aún si es cierto uno de los comentarios publicados en el Blog de José Roberto Duque[4]).
Pasando a justicias más universales, necesitamos situarnos en el contexto social y cultural del hecho que pretendemos juzgar. Es importante recordar que no es posible impartir justicia a diestra y siniestra sin tomar en cuenta las instituciones encargadas de esto, pero sí coincidimos todos en que aquello que no es juzgado apropiadamente en la Tierra será juzgado, y castigado de ser necesario, en el Cielo. La justicia es nuestra última esperanza de que todo lo que nos ocurre en vida no será olvidado y seremos resarcidos por los castigos sufridos injustamente. Esto nos hace pensar que la justicia a la que recurrimos no existe más que en nuestra imaginación y que aquellos que hacen cumplir las leyes no imparten justicia, simplemente equidad en el trato de todos.
1 comentario:
HAhaa graciiaaz ;!
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